martes, junio 21, 2005

Amor de Madre

THE apparition of these faces in the crowd;
Petals on a wet, black bough.

Ezra Pound -- In a Station of the Metro




Aun a riesgo de monotematizar el blog más aún de lo que ya está, debo centrarme de nuevo en el ambiente que más me motiva de todos los posibles: las pequeñas historias en transportes públicos. Al fin y al cabo lo que sucede justo antes o despues del viaje, o el objetivo de éste es meramente anecdótico; lo que realmente adquiere valor es el viaje en sí mismo. Y cuanto más rodeado te encuentres de completos desconocidos, mucho mejor. Hoy, por variar la línea, tocó en la Circular.

La situación puede representarse a grandes rasgos así:

Estaba yo, repantingado tranquilamente y sin hacer mal a nadie en mi asiento de plástico duro, dándole alternativamente palante-y-patrás al discman variando las canciones de un recopilatorio de música Funk de negros (rollo Blaxplotation a más no poder) de los tardios Sesenta, cuando me llamó poderosamente la atención una pareja de féminas de diferentes generaciones (podríamos dicir que eran madre e hija). La pequeña, una jovencita gafotas a la que le tenía que estar a punto de llegar su primera regla, con pinta de buena estudiante y que podría dar el pego dentro de seis o siete años como prototipo de la Intelectual de C.O.U (de 2º de Batxillerato para mis lectores más jóvenes) con libro-de-Niche-bajol-brazo. La segunda, una mórbida maruja con su permanente recién hecha que balanceaba sus carnes al compás del vaivén del vagón, de manos enjoyadas y perfume de laca. Nada fuera de lo corriente al fin y al cabo para una persona que ha visto cosas de lo más insólito en este tipo de vagones. Claro está que aún no habían comenzado a actuar.

Hubo un momento en que entre canción y canción logré captar que estaban discutiendo. Mi espíritu de bloguer cotilla actuó cual sentido arácnido - radar daredevilejco - judío-que-oye-el-sonido-de-una-moneda-cayendo-al-suelo. Es decir, bajando inconscientemente el volumen para ejcuchar mejor algo que podría interesarme y afinando el oído lo más posible. La joven se quejaba amargamente de algo mientras que la madre, imperial, solemne como toda buena madre que se precie, negaba con la cabeza. De repente, su hija se agachó.

He de reconocer que era una chica valiente.

En ese momento, la cólera de su madre estalló. Una fuerza de la naturaleza, una voz de Leviathan que atronó en todo el vagón, un grito que hizo vibrar los cristales no sólo de nuestro tren, sino también del anterior y el posterior, salió de su garganta. "¡Te he dicho que no lo cojas!". Y la madre intentó levantar a la pobre niña, avergonzándola delante de todos nosotros, desconocidos para ella. Por eso, la preadolescente se hizo más fuerte, haciéndose un ovillo contra el suelo y acercándose más aún a su objetivo. Ardía en deseos de ver qué era, así que me levanté sin ningún tipo de pudor.

Era una edición de El País de hoy.

Y parecía que la chica iba a conseguir agarrarlo; pero los recursos de una madre nunca han de subestimarse. Dio un paso hacia delante y colocó, con todo el peso del amor que sentía hacia su hija, el pie encima del periódico. Como una Columna de Hércules acabada en zapatilla de esparto blanca, la pierna de la madre simbolizaba el límite del mundo para su hija: el periódico quedaba más allá de él. La niña tiraba y tiraba del producto de Jesús de Polanco hacia arriba con todas sus fuerzas. Tanto fue así que arrancó parte de las dos hojas desde las que intentaba hacer palanca, cayéndose ella para atrás.

La pobre chica tuvo que desistir, y cuando esperaba una reprimenda de parte de su madre, apareció lo que es ser un progenitor duro-pero-justo: sin perder en ningún momento la compostura sólo le espetó un "Pero mira que eres cabezona" y un cachete en la mano. Se bajaron en la siguiente parada dejándome completamente in albis.

Moraleja: Las cosas del suelo no se cogen. Son caca.




Laporta sosteniendo a una joven promesa del Camerún. Una pena que no haya encontrado la foto de unas 20 niñas camerunesas famélicas sosteniendo una pancarta en colores azul y grana que tenía como lema: "LAPORTA: BENVINGUT A LA SEVA TERRA". Todo lo que rodea al FC Barcelona es un mundo que me interesa cantidad. Si alguien la encuentra, me haría tremendamente feliz que la compartiera conmigo; le estaría eternamente en deuda.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Benyi, ¿por qué no escribes nada?
(qué conste que no he dicho "nada interesante")
Campanilla de cristal

Anónimo dijo...

Me uno a esta demanda. Necesitamos de todo tu talento para superar nuestros dias.

Be heel!
i will rock u!