miércoles, noviembre 21, 2007

Méate en la acera -- Mastúrbate en el Metro

Hace tiempo que tendría que haber dado este paso, pero la poca chispa de juventud que me quedaba me lo había impedido una y otra vez, autoengañándome un centenar de veces. ¿Quién habría pensado que los árboles eran nítidos, que los carteles de neón tenían un valor en sí mismo además de iluminar la atmósfera nocturna? ¿La letra pequeña de los contratos es algo más que un dibujo, que un tatuaje tribal puesto en el folio para embellecerlo? ¿Verdaderamente se puede grabar una catedral gótica o el rostro de Jesucristo en un grano de arroz?

Ahora todo ha cambiado. Tendré que acostumbrarme a ver el ojo de la aguja, el balanceo de la ropa tendida, la cara de mi enemigo mientras se acerca.




Efectivamente, y en otras palabras mucho más mías: soy un gafotas. Después de veintisiete añazos disfrutando de una vista de lince, el cuerpo ha dado el primer paso de una caída libre larga y pronunciada. Puedo tomármelo bien, como un pequeño aviso que me servirá para que el mundo tenga una (falsa) imagen de mí como intelectual, chico listo o marisabidillo; o mal, como si fuera el principio de una larga lista de deformidades concebidas por nuestro Señor desde antes de que yo naciera: más tarde vendrá la caída de los dientes, el repoblamiento en el güeco entre las cejas (nota mental: comparar el vello entrecejil y la pinza de depilar con el mito de Prometeo para futuros usos), una joroba y el nacimiento de un gemelo malvado desde la fina capa de grasa que cubre los (por supuesto) fornidos mújculos de mi abdomen. De momento me lo tomo a las malas decantándome por la segunda opción.

P.D.: Ahí a la derecha en la sección de mis blojs favoritos tenéis un nuevo añadido: se trata de Inéditos e Insólitos, un blog del ínclito David Pallol donde os va a mostrar unos cuantos relatos de primerísima calidad. Si la Guía Mitxelin valorase este tipo de espacios le habría puesto por lo menos cuatro estrellas.

lunes, octubre 22, 2007

Solifer-Lento

El pasado sábado asistí al acto que la embajada de Noruega y la fundación Princesa Kristina de Noruega organizaban en Covarrubias, Burgos, para conmemorar el aniversario de la muerte de dos figuras ilustres: el compositor Edvard Grieg -del que además se cumplen 100 años- y la ya mencionada Kristina, fallecida en dicho pueblucho allá por el siglo XIII.
Sí, tenéis razón, demasiada información para sólo un párrafo. Iré respondiendo vuestras preguntas una por una según vayáis levantando la mano. A ver, tú, el del fondo con la papelina y la cuchara:

-¿Quién coño es la princesa Kristina de Noruega?

¿Y qué más da quién sea? ¿Desde cuándo hay que conocer a alguien para asistir a su homenaje? Antes del viaje lo único que sabía de ella era que al parecer bajó desde Noruega hasta Castilla en tiempos en los que no había ni autovías, ni se había dirigido Harry Potter 1(homenaje) ni nada, y palmó poco después. Durante y después de los fastos, claro, llegué a alguna conclusión más pero, ¿para qué contarla cuando viene muy bien resumido en este artículo? Eso sí, siete siglos después unos freaks noruegos deciden convertirla en una especie de Kylie Minogue de corpore insepulto del siglo XIII, y la homenajean año tras año celebrando conciertos en su honor. ¡Siguiente! Tú por ejemplo, el de la ceja.

-¿Quién cojones te invitó?

Buena pregunta, por razones que no vienen al caso, recibo en mi buzón alguna vez que otra invitaciones para asistir a eventos que tengan a Noruega como protagonista a través de su hacendosa embajada. Eventos a los que no solía ir, vete-a-saber si por pudor, por complejo de raza inferior o por conflictos con otras actividades. De hecho, todavía me estoy dando de cabezazos contra cualquier pared que me encuentre por no haber asistido a la recepción (donde me imaginaba a la Isabel Preysler de las Islas Feroe de turno y su legión de mayordomos portando en sus bandejas pirámides de Ferreros Rotxer) a la que -y leo textualmente-

El Embajador de Noruega
Per Ludvig Magnus
y Dña. Helene Kvarstein Magnus

Tienen el honor de invitar a Chopenjagüer y Sra.
-Diox, no puede txanarme más esa coletilla final!-.

ya que en esos momentos estaba de vacaciones fuera del país. Esta vez no iba a ser así, iba a agarrar el toro por los cuernos y empezar a sentirme como si gozase del lujo de una doble nacionalidad. El motivo final de embarcarme en esta aventura fue que la embajada ponía a nuestra disposición un autobús gratuito que nos traía y nos llevaba como unos marqueses. Todo un lujazo. ¡Siguiente! A ver, la de las encías grandes.

-¿Y qué carajo hiciste allí?

Podría tirarme el pisto y decir que Covarrubias es un enclave cultural indispensable para conocer las profundas raíces literarias y artísticas que empapan el suelo de nuestra vasta civilización; que tiene una gran importancia filológica por formar parte de la Ruta del Destierro del Cid Campeador, pero ya me váis conociendo, mentiría como un bellaco. Al contrario, puede decirse que la campaña de Marketing tan avanzada que puso en marcha la maquinaria de la embajada noruega parecía dirigida especialmente para mí; era su Target ideal. La propuesta se centraba en tres aspectos:

· Concierto de Bugge Wesseltoft, músico de Jazz muy contemporáneo del que tengo un par de discos que me gustan y otro par que no tanto, dentro de una iglesia gótica. Como sabía que iba a emplear alguna que otra modernez como escrachear o poner videos acordes a la melodía en una pantalla gigante me apetecía verle; cosa que cumplió más que sobradamente cuando por ejmplo abrió el piano para aporrear las cuerdas con un palo sin necesidad de percutir las teclas, o cuando la gente siguiendo el claro síndrome de 'es-demasiado-moderno-no-sé-qué-coño-hacer' empezó a dar palmas cuando Bugge estaba guardando el sonido de alguna nota en su cuatropistas del siglo XXI.

· Entrega floral ante la tumba de la princesa Kristina. Por los motivos explicados anteriormente, unidos a que ahí sólo aparecerían noruegos de verdad, conseguiría que se me cayesen las lágrimas de pura dicha.

· (el más importante para mí sin duda) Mercadillo de productos tradicionales noruegos. ¡Poj claro! A ver quién es el listo que no ansiaría tener algo típicamente noruego como, no sé, un reno, una bola de las que agitas y cae nieve encima de la palabra 'Rosenborg', una riñonera de piel de ballena o una foto autografiada de Ole Gunnar Solskjær vestido de paisano.

Lamentablemente, y como en toda buena campaña de Marketing que se precie, la realidad no responde a nuestras expectativas. El concierto de Wesseltoft tuvo múltiples problemas de sonido, no pude ver la ofrenda floral por problemas logísticos y el mercadillo consistió básicamente en libros de Jostein Gaarder y tapergüers de salmón a partes iguales. ¡Cuánto les queda por aprender! Aunque eso no impide que me apunte a la próxima cosa que me manden, sea lo que sea.

¿No hay más preguntas?

viernes, octubre 19, 2007

Oh this is a happy day, this will have been another happy day!

Ayer estuve escuchando un rato la radio, medio que por diversas razones ya no sigo mucho habiualmente, pero del que he sido fan declarado desde hace mucho tiempo. He sido noctámbulo casi desde que tengo uso de razón (lo cual dice muchas cosas negativas acerca de mi persona), y desde mi más tierna pubertad ya mezclaba cálidos sueños adolescentes con la escucha de algunos de los programas nocturnos, que, por supuesto, me parecían a priori mucho más interesantes e informativos que los diurnos (lo cual dice muchas más cosas negativas acerca de mi persona, ¡qué pubertad tan triste!). La jornada de radio comenzaba con el típico programa deportivo de las 00:00 -me hubiera gustado decir que era Supergarcía, pero la edad influye y en aquellos momentos el infame programa El Larguero me parecía mucho más dinámico e interesante-, continuaba con Polvo de Estrellas, con el que aprendí entre otras muchas cosas la gran semejanza como actores entre Victor Mature y José Coronado, o que a Woody 'palito' Allen se le empezaría a llamar director de cine cuando supiera hacer un plano contraplano, además de notar el miedo reverencial que profesaban todos los oyentes que se atrevían a llamarle.
La noche seguía adelante con un programa llamado Turno de noche, espacio donde lo mismo te hablaban de marcianos como de la masonería o te hacían un monográfico de Amadeo de Saboya; lo presentaba un tal Juan Antonio Cebrián que según creo sigue haciendo otro programa nocturno. Lo que sí recuerdo es que era especialmente largo, terminaría sobre las 5 de la mañana. Momento en el que cambiaba a la repetición de Gomaespuma, cuando aún estaban en M-80 hasta las 6 de la mañana.
Y ya en los días en los que me encontraba especialmente insomne terminaba esta intensa maratón de las ondas con un lamentable programa cuyo nombre no logro recordar, pero que contaba con dos humoristas (en el peor sentido de los posibles): Oriol Parreño y Quim Morales, que vete-a-saber-cómo rellenaban una hora de espacio radiofónico imitando al humorista Eugenio y sacándose de la manga un personaje imitativo de niño repelente llamado Jordi. Malos, por supuesto, pero de alguna forma me atraían como la melaza a una mojca.

Hoy por hoy, sin embargo, el medio ha perdido en gran medida el punch del que me llegué a encandilar en su día. Vete a saber si es por la economía de medios, por la falta de alguna que otra figura carismática (¡no sólo de Federico Jiménez Losantos vive el hombre!), o simplemente por la escasez de ideas originales lo que hace que la mayoría de los programas se conviertan en clónes unos de otros, en las mismas franjas horarias, indistinguibles entre ellos.

P.D.: Ayer tuve la gran suerte de abrir la temporada del Festival de Otoño de este año con Happy Days, obra de Beckett llevada a escena por la Caballero de las Artes y las Letras Deborah Warner e interpretada por una excelente Fiona Shaw (actriz que vuelve a darlo todo de nuevo en su mejor papel desde Super Mario Bros). En serio, si tenéis suerte y tiempo, no os la perdáis. La obra merece mucho la pena*.


Winnie semienterrada pasando uno de sus felices días

viernes, octubre 12, 2007

En 1972, cuatro de los mejores hombres del ejército americano que formaban un comando, fueron encarcelados por un delito que no habían cometido

He de reconocer que no tengo ninguna simpatía por las series televisivas. Es algo a lo que nunca me he enganchado y veo difícil que lo haga. Quitando los Simpsons (y alguna otra serie de humor como Melrose Place... ¿ah que no era humor? Eso es porque no la recuerdas bien y/o la tienes demasiado idealizada... pocas cosas de este mundo han podido salir tan redondas), el resto de las series comúnmente aceptadas como 'buenas' me aburren hasta la saciedad.
Especialmente hirientes para mis sentidos son todas aquellas de abogados, de médicos (Jaus, Urgencias, Médico de Familia -aunque saliera Txetxu el niño de las salchichas Ojcar Mayer, una debilidad personal dentro de los nuevos actores del cine español junto a Sergio Peris-Mencheta- la española del Doctor Vilches, etc) y sus derivados de forenses; de policías y, sobre todo, -horror- las que mezclan géneros: las de policías-médicos. Son temas demasiado ajenos y poco interesantes y que descarto nada más llegar.

Con otras series lo he intentado, pero han conseguido que me fuera resbalando, que fuera entrecerrando poco a poco los ojos y que cayera de lado en el sofá, despertándome a los diez minutos con una fino hilillo semitrasparente uniendo la comisura de mis labios con -pongamos- un cojín. "¡Se han caido de un avión en una isla desierta y les pasan cosas raras!", "¡Le está llevando el café al presidente de los Estados Unidos que quiere ocultar el escán dalo de su hija con una guerra contra -pongamos- Latveria!", "4391, 4392, 4393... venga chavales que nos caben 7 más en el platillo volante"... lo he intentado, en serio, pero no he encontrado ninguna que me crucifele lo bastante como para engancharme a ella. Así que he tirado por la calle de enmedio: aquí en este vuestro blog voy a crear (aunque sean sólo al final de cada entrada los momentos culminantes a modo de Highlights de lo que pasará en el siguiente capítulo) mi propia serie, a la que llamaré Filólogos.

"Filólogos", como su propio nombre indica, tratará de la intensa y apasionante vida de un grupo de profesionales del estudio de la lengua y la literatura universales en sus facetas tanto profesionales como personales y su relación entre ellos. La lista de actores que elegiría para filólogos -para que todos y cada uno de vosotros, oh fieles lectores, les pongáis cara- será la siguiente:

José Coronado como Senén Menéndez, experto en literatura medieval y gigoló de noche, que tiene al resto del grupo de expertas filólogas con las bragas en la mano.

Nathalie Seseña como Angustias Guardiola, becaria de la cátedra de Deconstrucción y Círculo de Praga, mujer independiente con traumas tras haber cortado recientemente con su novio Tomeu, experto comparatista de teatro Beckettiano con la jácara y la mojiganga españolas del siglo de Oro.

Fernando Ramallo
como Tomeu Esplugues, chico presumido, apolíneo y de maldad sibilina, no soporta que el resto de filólogos que le rodean demuestren tanto talento innato como él tiene. Después de haber jugado con los sentimientos de Angustias, se prepara para boicotear el trabajo de Senén, al que le tiene una especial inquina.

Neus Asensi como Soledad de Moragas Ruiz de Heredia, experta en Poesía contemporánea, siente una especial atracción por los chicos veinte años más jóvenes que ella. No deja de flirtear con todo aquello que tenga algo colgando entre sus piernas.

Fele Martínez
como Juaquin del Álamo, experto diacronista de la lengua española venido a menos tras unos escándalos de plagio en uno de sus últimos trabajos, se ve humillado constantemente por la gran mayoría de sus colegas de departamento, aunque esconde un corazón de oro.

Beatriz Carvajal como Dolores Freire, galleguista apunto de jubilarse, da el toque de humor a la serie con su acento gallego y su filosofía de maruxiña percebeira de andar por casa.

Finalizamos la entrada con el highlight de hoy:

-Senen Menendez (mirando sus anotaciones y un manuscrito del siglo XIV alternativamente, con incredulidad abre los ojos y se pone la mano en la frente): ¡OH, Dios mío, es un encabalgamiento abrupto!

miércoles, septiembre 26, 2007

Caen los árboles para poder hacer los lápices...

Antes de verme completamente enganchado a 40 Latino era una de esas personas que no podía imaginarse cómo era posible que casi toda una generación de jóvenes como la que nos sigue estuviera enganchada fanáticamente a la canción ligera, género que por hache o por be ha sido repudiado por todas las generaciones de jovenzuelos españoles desde los niños de la guerra hasta prácticamente hoy. Siempre he sentido un agudo dolor de cabeza cada vez que he tenido la mala suerte de escuchar alguna de estas canciones cuando sintonizaba el dial adecuado para escuchar algún partido del Atleti, o en trayectos de Metro o Cercanías gracias a esos malditos móviles de nueva generación para quinceañeros en los que puedes meter tropecientas canciones (sí, soy un agüelete cajcarrabias pero es lo que hay y no doy ya para más). Pero ahora me doy cuenta de que el error era únicamente mío. No me había dado cuenta de que la gran fuerza expresiva que sale de estas canciones no está ni mucho menos en su música o en su letra (bueno de está última no estoy muy seguro), es decir, no está como música en-soi (ya iba siendo hora de una morcilla intelectualoide sartriana gratuita), sino en la potencia poética de su videoclip. En un intento de acercarme a los gustos de la generación inmediatamente posterior a la mía, he intentado seleccionar los 3 videos musicales patrios más molonguis de la temporada:



¿Qué puedo decir? Sergio Contreras (gran desconocido para mí hasta hace unos días en los que estoy pugnando por convertirme en su mayor fan) empieza con un toque tope reivindicativo y preocupado por el environment(se me han puesto los pelos como ejcarpias cuando tira los lápices al suelo), para después mezclar jipjop, sonido cañorroto e imágenes de tema orientalista en medio de un bosque (donde yo ya no veo árboles, sino plastidecores en potencia. Lo mejor, cuando en un arrebato de furia canalla deja caer el nombre de la pelandrusca que le ha roto el corazón (¡María! Diox, todavía me estoy recuperando)



Un clásico que vuelve de la mano de otro clásico. Dj Kun consigue sacarle todo el jugo a una canción con potencial de convertirse en un jit como es "Escuela de Calor". Con esto, dillei Cun se monta al carro de los vencedores: todo el mundo sabe que Radio Futura ha vuelto a estar de moda desde que los seguidores del Frente Atlético (posiblemente junto con los Ligallo zaragozanos la afición más innovadora en los coros y cantos de las gradas españolas -homenaje-) corea en su estadio una versión sui-generis del Enamorado de la moda juvenil. Una pena por la calidad pésima del video, pero no he podido encontrar una mejor.



¿La madre del topo? Ya se nota que estos chicos derrochan talentazo desde el principio (de hecho si quieren me ofrezco para buscarle nombre a su segundo album -Diox quiera que salga-, así a bote pronto se me ocurre "La madre del topo VS el perro Mistetas", pero seguro que se puede mejorar). Pero lo que no se puede mejorar es el videoclip: Un espigal que podría estar perfectamente situado en cualquier pueblo de Badajoz donde dos "jóvenes" se dedican a hacerse carantoñas. Lo mejor para mi gusto, la profesionalidad de los planos (mareantes, ninguno dura más de dos segundos), la escena en la que se toman de la mano y se ponen a correr y, sobre todo, el plano final abriéndose poco a poco hasta mostrar una carretera comarcal al ladito del campo... Steven Spielberg muérete de envidia!


Hasta aquí hemos llegado por hoy. Proximamente más y mejor!

lunes, septiembre 24, 2007

Piluca, Money money!!

No es la primera vez en la que he tenido que tragarme mi orgullo, ya que siempre me he sentido más inclinado hacia la cadena de Milikito que a la del difunto Polanco debido a que básicamente me ofrece todo el circo que necesito; pero tengo que reconocer que la balanza se está empezando a igualar gracias a programas como el de la Gymkana de txutxos (que me fue vivamente recomendado por él en su momento) o el programa del que pasaré a hablar ahora mismo.

Tal y como avisé en mi anterior post, el pasado jueves me presenté al casting de Money Money, es decir, el programa-concurso presentado por Pep Lobató y sus Hombrecillos Bailongos del que estoy seguro de que todos habréis visto aunque sea un momento haciendo zapping. Pero teniendo en cuenta la voluntad de este blog escrito para minorías, y por si acaso alguno de vosotros, fieles lectores, acaba de salir de un coma profundo de más de 3 años, acabáis de pisar tierra en el Columbia tras una larga misión en la Estación Espacial Internacional, o simplemente os acaban de poner internet en vuestro convento de clausura, os daré unas pequeñas pinceladas de la dinámica del concurso:

Digamos que hay una especie de andamio de tubos de plástico gigante con unas plataformas individuales donde se asientan los bailarines. A la izquierda aparece su nombre (cuanto más exótico mejor, llama más la atención un bailarín llamado Aleksei Bono o Men que alguno con nombre sin sustancia como por ejemplo Dani). Si lo eliges, se marca un baile antes de pulsar un botón donde aparece el enunciado de la pregunta que debes responder.

Obvia decir que este híbrido perfecto entre Fama y Saber y
Ganar
me tiene completamente subyugado, por lo que no pude resistirme a la tentación de querer formar parte de él de alguna forma. Y que mejor que siendo el protagonista, la reina-por-un-día, mis-15-minutos-de-gloria, es decir, el concursante. Pero para ello debía pasar unas pruebas. En la primera, acompañado de unos 40 precandidatos más, teníamos que rellenar un cuestionario tipo test de sesenta preguntas de cultua general en 15 minutos, preguntas del tipo "¿Cuál es el nombre artístico del cantaor flamenco José Monge Cruz?", "¿Qué ciclista era conocido como El Águila de Toledo?", o ¿Cómo se llamaba la primera mujer española en llegar a la cima del Everest?*". Piece of Cake nenes, cualquiera de nosotros las habría respondido bien a la primera.

Ese primer casting era eliminatorio, para quedarse con unos 10 candidatos (los cracks) a los que les harían un segundo con prueba de cámara incluida. Y (aunque fuera movido por la necesidad de relataros lo que pasara dentro de esa sala) conseguí ser uno de esos diez. En ese momento, la agradable chica encargada del proceso de selección de concursantes nos explicó cuál era el candidato target que buscaba el programa: desde luego no era el típico chico listo pero soso (¡jamás lo habría imaginado!), sino que podría ser perfectamente una persona normal y corriente pero desinhibida y, sobre todo, que le gustara bailar. Por supuesto prometí, mientras me robaban el alma con una película y la guardaban en una cinta, que si era menester marcarse unos bailes, lo haría. Si tengo que tirarme al suelo del plató por cada pregunta respondida correctamente, así será. Si he de convertirme en el blanco de las pullas hirientes por parte de mis conocidos durante el próximo lustro, lo firmo a ciegas. Por lo que, a partir de este momento, voy a empezar a practicar el pasodoble individual (mano derecha en el corazón, mano izquierda alzada a la altura del rostro, agarrando el aire), por si tuviera que lucirlo ante (si las folclóricas, los futbolistas y los concursantes de Gran Hermano lo dicen, yo no voy a ser menos) España entera.

jueves, septiembre 20, 2007

Decíamos ayer...

Así que he vuelto. Más viejo, con las ojeras más pronunciadas, con unos cuantos kilos de más, la cara más redondeada, con un amago de papada y unas líneas de expresión a punto de convertirse en arrugas y patas de gallo. Tras dos años desperdiciados en un trabajo sin ningún futuro (más allá de la propia satisfacción de salvar vidas), me he ido volviendo un poco más arisco, un poco más desencantado y cínico. ¿He realizado algún progreso en estos últimos años? Ni el más mínimo. ¿He encontrado acaso la felicidad en las acciones más cotidianas? Por supuesto que no. ¿Soy imbécil? Euhhh bueno, quizá no sea la persona más adecuada para responder a esta pregunta.

Para intentar encontrar una respuesta adecuada a este último interrogante he decidido reabrir este blog, pretencioso, fresco e inútil, hecho a imagen y semejanza de quien lo escribe. Para ello, le he dado una mano de pintura, cambiando mi antigua Venus del hambre que acompañaba a la cabecera por una nueva musa enclenque. Más adelante, y en cuanto recuerde las herramientas que Bloguer pone a mi disposición, me dispondré a añadir alguna que otra patochada que atraiga a los jóvenes de hoy en día, como por ejemplo un expendedor de caramelos rellenos de droga o un generador de indicios para encontrar el paradero de Madeleine McCann. Todo a su tiempo.

P.D. Parece ser que la reapertura del bloj me está trayendo suerte. Justo ayer me llamaron para participar este mismo jueves en el casting del que posiblemente sea mi programa concurso favorito de la actualidad y también para otro que me hace bastante menos ilusión pero que tampoco es que vaya a dejar de lado. Así que, si tengo suerte y encuentro algo digno de contar en este bloj, os tendré informados, pequeños.

martes, septiembre 18, 2007

¿Quién es el asesino cuando no hay mayordomo? (2)

Al día siguiente, según creo recordar, más de la mitad de la gente (sobre todo la que más jaleaba y más preocupada se mostraba por la pobre Superstar) decidió centrarse en otros asuntos de mayor relevancia, tales como pasar la revisión del coche o ir a comer pipas sentados en cualquier banco de parque de extrarradio. Sin embargo, el número de participantes en la misión seguía siendo alto, mayor incluso que en el estreno en Madrid de la que ha sido sin duda alguna la película de este verano (es decir, más de cinco personas, vivan las minorías). Para variar fui el último en llegar. El plan de ataque, que lamentablemente ya quedó decidido antes de que llegara, era el siguiente:

Había que acercarse sigilosamente al portal donde se supone que vivía Sylvia y tomarse algo en el bar situado justo enfrente de la entrada al edificio, así se mantendría vigilada la salida y entrada de personas al edificio y, con un poco de suerte, identificar en algún momento a Sylvia o a sus malvados progenitores. Si tras una hora de vigilancia extrema y ojo avizor no apareciese nadie, se tendría que pasar (crujido de nudillos) al plan B.

Sin duda ninguna era un plan maestro, digno de las mejores mentes criminales del siglo XX. Pero como tantas veces nos ha mostrado el cine, basta conque una pequeña pieza cambie para que todo gran plan se venga abajo. Efectivamente, en un espacio de dos horas no solamente no se vio entrar o salir a los objetivos, sino que además el hecho de estar en un bar en pleno verano madrileño hizo que los miembros del equipo de rescate tomasen una cerveza tras otra, un pacharán seguido de un orujo de hierbas, un Campari mezclado con Martini rojo, y, sobre todo, una tapa de panchitos socarrados, de cortezas de cerdo decimonónicas y de patatas fritas en mal estado, llevando al equipo al desastre (nota mental, apuntar similitudes entre Sirenas de la mitología griega y cortezas de cerdo de la realidad barística española).

"¡Pasemos al plan B!", dijo el lider del grupo de rescate soltando espuma por la boca, acompañando la frase con una sonora palmada en la mesa. Dicho y hecho, todos se levantaron, exaltados por el alcohol, en dirección al portal de su amiga. Más concretamente al telefonillo de dicho portal. Si las máquinas tuviesen alma, este cacharro tendría que estar temblando, con el corazón encogido de miedo. Un fuerte y sudoroso índice pulsó uno de los botones, señalando el destino de nuestra querida alianza de valientes voluntarios, aunque la atronadora respuesta del malo de la peícula al otro lado del portero automático hizo que muchos de ellos se alejaran de la puerta, preparados para salir huyendo. Nunca se debe confundir la valentía con la temeridad.

- (Padre malvado) ¿Sí?

- (Líder de Grupo) Hola buenas tardes, ¿está Sylvia Superstar?

- No, no está.

- Verá, es que somos sus amigos y querríamos hablar con ella...

- Ya, pero no está.

- Mire, es que llevamos intentando hablar con ella desde hace mucho tiempo, pero ni nos coge el teléfono, ni nos responde los correos electrónicos, ni contesta nuestros ese-eme-eses ni nada. Comprenda que esta situación nos está creando un cierto desasosiego interior. (Pausa valorativa) (Pausa más que valorativa) (Pausa final)

- (En espera de continuación de frase de interlocutor) (más espera de continuación de frase de interlocutor) Sí, claro, lo entiendo.

- Bueeeeeno, pues dígale a su hija que en cuanto llegue nos llame, ¿vale?

- Sí, bueno, adiós.

El sonido del cuelgue del telefonillo por parte del malvado padre de la criatura descarga la presión a la que se había visto sometido el grupo de valientes, que con una risa nerviosa vuelven a sus respectivos hogares comentando la hazaña. Con cada nuevo paso se sienten más confiados, más seguros, más satisfechos por la misión cumplida, por el trabajo conseguido. La imagen de su amiga Sylvia Superstar puede descansar en sus subconscientes durante el resto de sus días. Esta noche dormirán con una sonrisa en los labios. Al fin y al cabo, han hecho lo que tenían que hacer.