viernes, octubre 10, 2008

Portentos capitalinos I: Costumbrismo o barbarie

Quien más quien menos, todos los que vivimos en la capital del Imperio hemos pasado nuestro buen centenar de veces por la Puerta del Sol. En ella, además del lustroso cartel publicitario de Tío Pepe, unas cuantas centenas de turistas, un poker de hombres-anuncio compradores de oro (una profesión que desde siempre me ha encandilado y me hubiera gustado catar, una pena que ya no vaya a poder ser), una señora de brazos cortos y tatuados sentada en el suelo con un cartel de cartón en sus rodillas, y unas vallas pintadas de paisaje urbano que ocultan las sempiternas obras de remodelación típicamente madrileñas, se dan cita las más crucifelantes manifestaciones de toda la ciudad. Bajo una cobertura mínima y precarios medios, se van reemplazando una tras otra sentadas en favor de los derechos de los conejos de orejas caídas, partidarios de la Falange Auténtica Verdadera Total Joseantoniana, correligionarios de la doctrina Sikhista buscando fieles, asociaciones culturales que piden un puesto como embajador de la FAO en la lucha contra el hambre para Pitingo, y un largo etcétera. Pero de todas las que han ido pasando ante mis ojos, la que más me ha impactado ha sido ésta:



Sí, efectivamente se trata de lo que estáis viendo: Un señor, que bien podría ser un lector de este blog (pocas cosas en el mundo me harían más ilusion) con un ojo de cartulina pintarrajeado con rotuladores Carioca cubriéndole la cabeza, y sosteniendo con ambas manos un eslogan con el que no puedo estar más de acuerdo, y que me encargaré de que me sirva de epitafio cuando los gusanos se coman lo que los cristianos no hayan disfrutado. Pequeñas cosas como ésta me hacen pensar cada día más que, a pesar de las muchas taras que se pueden aducir en su contra, Madrid merece ser, como mínimo, la capital del mundo.

5 comentarios:

Gamo P. dijo...

Jo, ¡qué casualidad! yo también le vi y le hice una foto con el móvil.

Chopenjagüer dijo...

Pablo Gamo: Menos mal que todavía no lo habías utilizado en tu blog. ¿O sí? Nada me dolería más que caer en un plagio sin querer (con lo que txana plagiar a propósito).

Anónimo dijo...

El hombre-ojo está en todas partes:El Rastro, Malasaña, en manifestaciones, de tapas...Siempre lleva carteles que flipas. Besos.
Tu admiradora de los 20 años

David Pallol dijo...

Jajajaja, todavía me acuerdo del día que me enseñaste esta foto en tu móvil, recién hecha!

El costumbrismo madrileño, ese género tan nuestro, alcanza en tu entrada nuevas y altas cotas.

Enhorabuena!

Chopenjagüer dijo...

Anónima: primero empiezas asediándome con palabras en la habitación de una desconocida, después me persigues hasta el mundo blogueril... ¿qué será lo siguiente, utilizar como rehén mi bastón-paraguas de mafioso? Tu escalada de violencia parece no tener límites.

David Pallol: Gracias, pero tengo que decir que la lectura compulsiva de Madame Torrejón inspira y multiplica mis puntos de referencia de forma exponencial.