lunes, septiembre 24, 2007

Piluca, Money money!!

No es la primera vez en la que he tenido que tragarme mi orgullo, ya que siempre me he sentido más inclinado hacia la cadena de Milikito que a la del difunto Polanco debido a que básicamente me ofrece todo el circo que necesito; pero tengo que reconocer que la balanza se está empezando a igualar gracias a programas como el de la Gymkana de txutxos (que me fue vivamente recomendado por él en su momento) o el programa del que pasaré a hablar ahora mismo.

Tal y como avisé en mi anterior post, el pasado jueves me presenté al casting de Money Money, es decir, el programa-concurso presentado por Pep Lobató y sus Hombrecillos Bailongos del que estoy seguro de que todos habréis visto aunque sea un momento haciendo zapping. Pero teniendo en cuenta la voluntad de este blog escrito para minorías, y por si acaso alguno de vosotros, fieles lectores, acaba de salir de un coma profundo de más de 3 años, acabáis de pisar tierra en el Columbia tras una larga misión en la Estación Espacial Internacional, o simplemente os acaban de poner internet en vuestro convento de clausura, os daré unas pequeñas pinceladas de la dinámica del concurso:

Digamos que hay una especie de andamio de tubos de plástico gigante con unas plataformas individuales donde se asientan los bailarines. A la izquierda aparece su nombre (cuanto más exótico mejor, llama más la atención un bailarín llamado Aleksei Bono o Men que alguno con nombre sin sustancia como por ejemplo Dani). Si lo eliges, se marca un baile antes de pulsar un botón donde aparece el enunciado de la pregunta que debes responder.

Obvia decir que este híbrido perfecto entre Fama y Saber y
Ganar
me tiene completamente subyugado, por lo que no pude resistirme a la tentación de querer formar parte de él de alguna forma. Y que mejor que siendo el protagonista, la reina-por-un-día, mis-15-minutos-de-gloria, es decir, el concursante. Pero para ello debía pasar unas pruebas. En la primera, acompañado de unos 40 precandidatos más, teníamos que rellenar un cuestionario tipo test de sesenta preguntas de cultua general en 15 minutos, preguntas del tipo "¿Cuál es el nombre artístico del cantaor flamenco José Monge Cruz?", "¿Qué ciclista era conocido como El Águila de Toledo?", o ¿Cómo se llamaba la primera mujer española en llegar a la cima del Everest?*". Piece of Cake nenes, cualquiera de nosotros las habría respondido bien a la primera.

Ese primer casting era eliminatorio, para quedarse con unos 10 candidatos (los cracks) a los que les harían un segundo con prueba de cámara incluida. Y (aunque fuera movido por la necesidad de relataros lo que pasara dentro de esa sala) conseguí ser uno de esos diez. En ese momento, la agradable chica encargada del proceso de selección de concursantes nos explicó cuál era el candidato target que buscaba el programa: desde luego no era el típico chico listo pero soso (¡jamás lo habría imaginado!), sino que podría ser perfectamente una persona normal y corriente pero desinhibida y, sobre todo, que le gustara bailar. Por supuesto prometí, mientras me robaban el alma con una película y la guardaban en una cinta, que si era menester marcarse unos bailes, lo haría. Si tengo que tirarme al suelo del plató por cada pregunta respondida correctamente, así será. Si he de convertirme en el blanco de las pullas hirientes por parte de mis conocidos durante el próximo lustro, lo firmo a ciegas. Por lo que, a partir de este momento, voy a empezar a practicar el pasodoble individual (mano derecha en el corazón, mano izquierda alzada a la altura del rostro, agarrando el aire), por si tuviera que lucirlo ante (si las folclóricas, los futbolistas y los concursantes de Gran Hermano lo dicen, yo no voy a ser menos) España entera.

2 comentarios:

Gamo P. dijo...

Me ha faltao algún detalle como lo de Driu Crus y to lo referente al match Atleti v.s. Kayseri Erciyesspor.

Por cierto cuándo grabes me llamas que voy de 'madre del artista' a Barna a gastos pagados.

Chopenjagüer dijo...

Iba a ponerlo también, pero me quedaría un post demasiado largo. Anda que no quedan días para poner a parir el juego de Catxavatxa Forlán (que no se adapta al estilo colchonero ni a tiros) o comentar el excelente turco hablado del espíquer del Vicente Calderón.