domingo, enero 11, 2009

Mordieron los limones (I)

Era demasiado oscuro y profundo. ¿Cómo es posible que del cruce de un guisante amarillo puro y otro verde puro salgan siempre guisantes amarillos? ¿Por qué no salen guisantes mitad amarillos mitad verdes, verdes por fuera y amarillos por dentro, o verdes con una espiral amarilla que los recorra de arriba abajo? ¿Qué clase de Dios permitía esto?
Antes de mandarnos el trabajo de fin de curso, el profesor de Ciencias Naturales nos explicó la primera de las leyes de Mendel. A mí me parece que esta ley es injusta y cruel. Y errónea, sobre todo errónea. Mira por ejemplo el ligre, ese monstruo que vi en el circo hace un par de meses y que, según me contó mi padre, era hijo del cruce antinatural entre una tigresa y un león, un gigantesco león a rayas y con las patas cortas, muy cortas. Mitad de uno y mitad de otro, nada de que saliera un perfecto tigre del experimento. Este animal, a su vez, podía procrear de nuevo con un león o con un tigre, formando las variantes le-ligre o ti-ligre. ¿Hasta dónde podía llegar el linaje de este bicho? ¿Llegaría yo, el futuro genetista Don Jaume Salisachs Taboada, a contemplar un le-ti-ti-ti-le-le-ti-le-le-ti-le-ligr…?

2 comentarios:

Nikaperucita dijo...

Eres un herejejejejejejeje...
Los científicos del mundo te condenaran por esto :D

Chopenjagüer dijo...

Me condenarán o me ensalzarán, nunca se sabe... igual les he abierto una nueva línea de investigación.