lunes, noviembre 17, 2008

Hora de destapar las vergüenzas de juventud

He dedicado buena parte del día de hoy a hacer limpieza de toda clase de cacharros inútiles que tenía criando polvo en casa. Desde luego, eran más de uno y más de dos, pero -mal que me pese- sin llegar a la cantidad mínima por la que encajaría más bien en un glamouroso ciudadano aquejado por el síndrome de Diógenes, y sin la calidad mínima para llegar a verme como un acartonado anticuario. En cualquier caso, eran fruto de la desidia y la pereza para evitar hacer el esfuerzo de abrir una bolsa de plástico, ir derrumbando las columnas de cachivaches encima de ella hasta que quedase a rebosar y abandonarla en un contenedor elegido al azar entre los de materia orgánica, plásticos, cristales y papel y cartón.

Entre las decenas de cosas que han ido a la basura se encontraban: un libro de Sociales de 6º de EGB con algunas hojas dentro entre las que aparecían diferentes gráficas hechas a mano -que siempre me salían descuadradas- del índice anual de temperatura y lluvias dividido en meses del clima continental y mediterráneo; unos apuntes de latín de tercero de BUP (la cuarta declinación Manus Manus, la Guerra de las Galias), revistas de hace cinco o seis años las cuales, por alguna razón hoy ya desconocida u olvidada decidí guardar; unos disquetes de 3 1/2 que contendrían algún avanzado dispositivo dentro como el ms-dos o un disco de arranque (nunca lo sabré, la maldita tecnología corre que se las pela y mi ordenador no dispone de ninguna unidad de disco para leerlo); y, sobre todo, lo más importante: la colección de cintas casete -algunas originales, la mayoría grabadas- que atesoraba y escuchaba hasta la saciedad en la etapa en que lo único que leía era el dorso de los cartones de vino El Conquistador, apoyado en el capó de algún coche con mis amigos del instituto mientras mi melena, orgullosa, ondeaba al compás del cierzo. Sí, señores: estoy hablando de la pubertad.

Como, cuando tenía quince años, además de ser un pringado (hay cosas que no cambian) era virgen, estaba lógicamente enfadado con el mundo. De ahí que el noventa por ciento de esas cintas que escuchaba estuvieran eminentemente marcadas por un denominador común: grupos heavies o punquis radicales reivindicativos de típicos-chicarrones-del-norte: en las cintas aparecían nombres extraños com Kortatu, Negu Gorriak, Eskorbuto, Cicatriz, El Último Ke Zierre, La Polla Records, Su Ta Gar y un largo etcétera que se mezclaban con ídolos del metal del tipo Barricada, Los Suaves, Barón Rojo, Ángeles del Infierno, Saratoga (homenaje), Sangre Azul, Coz, Leño y otros del mismo palo. En definitiva, una lamentable discoteca de quinceañero que coincidía en el hecho de que eran grupos ya viejos cuando yo era joven, por lo que no descartaría en absoluto que, si aún quedan jóvenes jevilongos en esta época, compartan títulos con esta.

¿Qué hacer, pues? Como pequeño homenaje a ese tiempo que no va a volver hasta que, como mínimo, me dé un ataque de Alzheimer y vuelva a mis orígenes involuntariamente, he decidido desempolvar el Gualcman y escucharlas una a una antes de abandonarlas en el ataúd atemporal en el que se convertiría la bolsa del Carrefour en que las deposité. Pero lo peor de todo, lo más sórdido de esta estupidez, es que a medida que las iba escuchando recordaba perfectamente cada una de las letras de las canciones. No sé si mi memoria cada día me da más miedo o estoy más convencido en que mi cerebro ha sido, es y será un contenedor de la información más inútil de la faz de la tierra. Sí, me río yo de Internet.

P.D.: tengo que decir que con las letras de las canciones jevis he estado partiéndome la caja durante horas. Dejaré aquí un par de ejemplos de estrofas que tanto por aquel entonces como ahora me dejaron la piel de gallina (claro que por razones diferentes), y que no merecen caer en el olvido:

Voy acumulando vatios de tensión

soy como un motor en reparación

polo en negativo...

Me cargo a menudo de electricidad

y a veces salta mi diferencial

si no estás a mi lado amor

Quiero tocar tu cuerpo seductor

con un electrón

pero me da descarga y la tensión

me va a calcinar


Barón Rojo "Carga y Descarga"




Vas de cuero y usas jeans

Te gusta privar

Vives de noche, el sol ciega tus ojos

Güeles a vicio y alcohol


Ángeles del Infierno "Fuera de la Ley"


¿Quién decía que la música más divertida siempre era Pop?

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