miércoles, septiembre 26, 2007

Caen los árboles para poder hacer los lápices...

Antes de verme completamente enganchado a 40 Latino era una de esas personas que no podía imaginarse cómo era posible que casi toda una generación de jóvenes como la que nos sigue estuviera enganchada fanáticamente a la canción ligera, género que por hache o por be ha sido repudiado por todas las generaciones de jovenzuelos españoles desde los niños de la guerra hasta prácticamente hoy. Siempre he sentido un agudo dolor de cabeza cada vez que he tenido la mala suerte de escuchar alguna de estas canciones cuando sintonizaba el dial adecuado para escuchar algún partido del Atleti, o en trayectos de Metro o Cercanías gracias a esos malditos móviles de nueva generación para quinceañeros en los que puedes meter tropecientas canciones (sí, soy un agüelete cajcarrabias pero es lo que hay y no doy ya para más). Pero ahora me doy cuenta de que el error era únicamente mío. No me había dado cuenta de que la gran fuerza expresiva que sale de estas canciones no está ni mucho menos en su música o en su letra (bueno de está última no estoy muy seguro), es decir, no está como música en-soi (ya iba siendo hora de una morcilla intelectualoide sartriana gratuita), sino en la potencia poética de su videoclip. En un intento de acercarme a los gustos de la generación inmediatamente posterior a la mía, he intentado seleccionar los 3 videos musicales patrios más molonguis de la temporada:



¿Qué puedo decir? Sergio Contreras (gran desconocido para mí hasta hace unos días en los que estoy pugnando por convertirme en su mayor fan) empieza con un toque tope reivindicativo y preocupado por el environment(se me han puesto los pelos como ejcarpias cuando tira los lápices al suelo), para después mezclar jipjop, sonido cañorroto e imágenes de tema orientalista en medio de un bosque (donde yo ya no veo árboles, sino plastidecores en potencia. Lo mejor, cuando en un arrebato de furia canalla deja caer el nombre de la pelandrusca que le ha roto el corazón (¡María! Diox, todavía me estoy recuperando)



Un clásico que vuelve de la mano de otro clásico. Dj Kun consigue sacarle todo el jugo a una canción con potencial de convertirse en un jit como es "Escuela de Calor". Con esto, dillei Cun se monta al carro de los vencedores: todo el mundo sabe que Radio Futura ha vuelto a estar de moda desde que los seguidores del Frente Atlético (posiblemente junto con los Ligallo zaragozanos la afición más innovadora en los coros y cantos de las gradas españolas -homenaje-) corea en su estadio una versión sui-generis del Enamorado de la moda juvenil. Una pena por la calidad pésima del video, pero no he podido encontrar una mejor.



¿La madre del topo? Ya se nota que estos chicos derrochan talentazo desde el principio (de hecho si quieren me ofrezco para buscarle nombre a su segundo album -Diox quiera que salga-, así a bote pronto se me ocurre "La madre del topo VS el perro Mistetas", pero seguro que se puede mejorar). Pero lo que no se puede mejorar es el videoclip: Un espigal que podría estar perfectamente situado en cualquier pueblo de Badajoz donde dos "jóvenes" se dedican a hacerse carantoñas. Lo mejor para mi gusto, la profesionalidad de los planos (mareantes, ninguno dura más de dos segundos), la escena en la que se toman de la mano y se ponen a correr y, sobre todo, el plano final abriéndose poco a poco hasta mostrar una carretera comarcal al ladito del campo... Steven Spielberg muérete de envidia!


Hasta aquí hemos llegado por hoy. Proximamente más y mejor!

lunes, septiembre 24, 2007

Piluca, Money money!!

No es la primera vez en la que he tenido que tragarme mi orgullo, ya que siempre me he sentido más inclinado hacia la cadena de Milikito que a la del difunto Polanco debido a que básicamente me ofrece todo el circo que necesito; pero tengo que reconocer que la balanza se está empezando a igualar gracias a programas como el de la Gymkana de txutxos (que me fue vivamente recomendado por él en su momento) o el programa del que pasaré a hablar ahora mismo.

Tal y como avisé en mi anterior post, el pasado jueves me presenté al casting de Money Money, es decir, el programa-concurso presentado por Pep Lobató y sus Hombrecillos Bailongos del que estoy seguro de que todos habréis visto aunque sea un momento haciendo zapping. Pero teniendo en cuenta la voluntad de este blog escrito para minorías, y por si acaso alguno de vosotros, fieles lectores, acaba de salir de un coma profundo de más de 3 años, acabáis de pisar tierra en el Columbia tras una larga misión en la Estación Espacial Internacional, o simplemente os acaban de poner internet en vuestro convento de clausura, os daré unas pequeñas pinceladas de la dinámica del concurso:

Digamos que hay una especie de andamio de tubos de plástico gigante con unas plataformas individuales donde se asientan los bailarines. A la izquierda aparece su nombre (cuanto más exótico mejor, llama más la atención un bailarín llamado Aleksei Bono o Men que alguno con nombre sin sustancia como por ejemplo Dani). Si lo eliges, se marca un baile antes de pulsar un botón donde aparece el enunciado de la pregunta que debes responder.

Obvia decir que este híbrido perfecto entre Fama y Saber y
Ganar
me tiene completamente subyugado, por lo que no pude resistirme a la tentación de querer formar parte de él de alguna forma. Y que mejor que siendo el protagonista, la reina-por-un-día, mis-15-minutos-de-gloria, es decir, el concursante. Pero para ello debía pasar unas pruebas. En la primera, acompañado de unos 40 precandidatos más, teníamos que rellenar un cuestionario tipo test de sesenta preguntas de cultua general en 15 minutos, preguntas del tipo "¿Cuál es el nombre artístico del cantaor flamenco José Monge Cruz?", "¿Qué ciclista era conocido como El Águila de Toledo?", o ¿Cómo se llamaba la primera mujer española en llegar a la cima del Everest?*". Piece of Cake nenes, cualquiera de nosotros las habría respondido bien a la primera.

Ese primer casting era eliminatorio, para quedarse con unos 10 candidatos (los cracks) a los que les harían un segundo con prueba de cámara incluida. Y (aunque fuera movido por la necesidad de relataros lo que pasara dentro de esa sala) conseguí ser uno de esos diez. En ese momento, la agradable chica encargada del proceso de selección de concursantes nos explicó cuál era el candidato target que buscaba el programa: desde luego no era el típico chico listo pero soso (¡jamás lo habría imaginado!), sino que podría ser perfectamente una persona normal y corriente pero desinhibida y, sobre todo, que le gustara bailar. Por supuesto prometí, mientras me robaban el alma con una película y la guardaban en una cinta, que si era menester marcarse unos bailes, lo haría. Si tengo que tirarme al suelo del plató por cada pregunta respondida correctamente, así será. Si he de convertirme en el blanco de las pullas hirientes por parte de mis conocidos durante el próximo lustro, lo firmo a ciegas. Por lo que, a partir de este momento, voy a empezar a practicar el pasodoble individual (mano derecha en el corazón, mano izquierda alzada a la altura del rostro, agarrando el aire), por si tuviera que lucirlo ante (si las folclóricas, los futbolistas y los concursantes de Gran Hermano lo dicen, yo no voy a ser menos) España entera.

jueves, septiembre 20, 2007

Decíamos ayer...

Así que he vuelto. Más viejo, con las ojeras más pronunciadas, con unos cuantos kilos de más, la cara más redondeada, con un amago de papada y unas líneas de expresión a punto de convertirse en arrugas y patas de gallo. Tras dos años desperdiciados en un trabajo sin ningún futuro (más allá de la propia satisfacción de salvar vidas), me he ido volviendo un poco más arisco, un poco más desencantado y cínico. ¿He realizado algún progreso en estos últimos años? Ni el más mínimo. ¿He encontrado acaso la felicidad en las acciones más cotidianas? Por supuesto que no. ¿Soy imbécil? Euhhh bueno, quizá no sea la persona más adecuada para responder a esta pregunta.

Para intentar encontrar una respuesta adecuada a este último interrogante he decidido reabrir este blog, pretencioso, fresco e inútil, hecho a imagen y semejanza de quien lo escribe. Para ello, le he dado una mano de pintura, cambiando mi antigua Venus del hambre que acompañaba a la cabecera por una nueva musa enclenque. Más adelante, y en cuanto recuerde las herramientas que Bloguer pone a mi disposición, me dispondré a añadir alguna que otra patochada que atraiga a los jóvenes de hoy en día, como por ejemplo un expendedor de caramelos rellenos de droga o un generador de indicios para encontrar el paradero de Madeleine McCann. Todo a su tiempo.

P.D. Parece ser que la reapertura del bloj me está trayendo suerte. Justo ayer me llamaron para participar este mismo jueves en el casting del que posiblemente sea mi programa concurso favorito de la actualidad y también para otro que me hace bastante menos ilusión pero que tampoco es que vaya a dejar de lado. Así que, si tengo suerte y encuentro algo digno de contar en este bloj, os tendré informados, pequeños.

martes, septiembre 18, 2007

¿Quién es el asesino cuando no hay mayordomo? (2)

Al día siguiente, según creo recordar, más de la mitad de la gente (sobre todo la que más jaleaba y más preocupada se mostraba por la pobre Superstar) decidió centrarse en otros asuntos de mayor relevancia, tales como pasar la revisión del coche o ir a comer pipas sentados en cualquier banco de parque de extrarradio. Sin embargo, el número de participantes en la misión seguía siendo alto, mayor incluso que en el estreno en Madrid de la que ha sido sin duda alguna la película de este verano (es decir, más de cinco personas, vivan las minorías). Para variar fui el último en llegar. El plan de ataque, que lamentablemente ya quedó decidido antes de que llegara, era el siguiente:

Había que acercarse sigilosamente al portal donde se supone que vivía Sylvia y tomarse algo en el bar situado justo enfrente de la entrada al edificio, así se mantendría vigilada la salida y entrada de personas al edificio y, con un poco de suerte, identificar en algún momento a Sylvia o a sus malvados progenitores. Si tras una hora de vigilancia extrema y ojo avizor no apareciese nadie, se tendría que pasar (crujido de nudillos) al plan B.

Sin duda ninguna era un plan maestro, digno de las mejores mentes criminales del siglo XX. Pero como tantas veces nos ha mostrado el cine, basta conque una pequeña pieza cambie para que todo gran plan se venga abajo. Efectivamente, en un espacio de dos horas no solamente no se vio entrar o salir a los objetivos, sino que además el hecho de estar en un bar en pleno verano madrileño hizo que los miembros del equipo de rescate tomasen una cerveza tras otra, un pacharán seguido de un orujo de hierbas, un Campari mezclado con Martini rojo, y, sobre todo, una tapa de panchitos socarrados, de cortezas de cerdo decimonónicas y de patatas fritas en mal estado, llevando al equipo al desastre (nota mental, apuntar similitudes entre Sirenas de la mitología griega y cortezas de cerdo de la realidad barística española).

"¡Pasemos al plan B!", dijo el lider del grupo de rescate soltando espuma por la boca, acompañando la frase con una sonora palmada en la mesa. Dicho y hecho, todos se levantaron, exaltados por el alcohol, en dirección al portal de su amiga. Más concretamente al telefonillo de dicho portal. Si las máquinas tuviesen alma, este cacharro tendría que estar temblando, con el corazón encogido de miedo. Un fuerte y sudoroso índice pulsó uno de los botones, señalando el destino de nuestra querida alianza de valientes voluntarios, aunque la atronadora respuesta del malo de la peícula al otro lado del portero automático hizo que muchos de ellos se alejaran de la puerta, preparados para salir huyendo. Nunca se debe confundir la valentía con la temeridad.

- (Padre malvado) ¿Sí?

- (Líder de Grupo) Hola buenas tardes, ¿está Sylvia Superstar?

- No, no está.

- Verá, es que somos sus amigos y querríamos hablar con ella...

- Ya, pero no está.

- Mire, es que llevamos intentando hablar con ella desde hace mucho tiempo, pero ni nos coge el teléfono, ni nos responde los correos electrónicos, ni contesta nuestros ese-eme-eses ni nada. Comprenda que esta situación nos está creando un cierto desasosiego interior. (Pausa valorativa) (Pausa más que valorativa) (Pausa final)

- (En espera de continuación de frase de interlocutor) (más espera de continuación de frase de interlocutor) Sí, claro, lo entiendo.

- Bueeeeeno, pues dígale a su hija que en cuanto llegue nos llame, ¿vale?

- Sí, bueno, adiós.

El sonido del cuelgue del telefonillo por parte del malvado padre de la criatura descarga la presión a la que se había visto sometido el grupo de valientes, que con una risa nerviosa vuelven a sus respectivos hogares comentando la hazaña. Con cada nuevo paso se sienten más confiados, más seguros, más satisfechos por la misión cumplida, por el trabajo conseguido. La imagen de su amiga Sylvia Superstar puede descansar en sus subconscientes durante el resto de sus días. Esta noche dormirán con una sonrisa en los labios. Al fin y al cabo, han hecho lo que tenían que hacer.